Es un perro muy dócil y alegre al que le gusta mucho jugar, especialmente con los niños. La capa es similar a la de todos los boyeros suizos, con pelo corto y denso, uniformemente distribuido sobre las diversas partes del cuerpo. Su peso es bastante grande con respecto a su tamaño, lo cual sirve para demostrar que es un perro sólido y robusto. Es fornido, corto sobre las extremidades, con tronco alargado y línea superior muy sólida. Los cachorros nacen rabones (carecen de las últimas vértebras caudales), como una adaptación natural al corte que durante siglos, venía realizando el hombre. El perro lleva su trozo de cola casi horizontal. La expresión es muy vivaz, con ojos pequeños y de color marrón oscuro.